“Animales de Cristal” habla sobre el proceso de convertirse en adulto y lo sólo que puede llegar a sentirse tener que crecer.
Es algo por lo que todos debemos pasar, pero para lo que no todos estamos preparados.
Lo hacemos a través de un proyecto transmedia que se centra en un cortometraje. Los personajes se encuentran en un limbo entre el
“niño” y el “adulto” y aunque parezca que ya deberían haber madurado, aun no han sido capaces de llegar a ese punto.
Nuestro proyecto está aquí para que toda persona que se identifique con Zoe sepa que no es la única persona que se siente de esa
forma, y que es normal sentirse perdido y no tener las cosas claras. Crecer es algo que cada persona hace a su ritmo y que,
eventualmente, acabamos haciendo.
El nombre es una metáfora que hace referencia a las relaciones entre las personas. Cada una es como un figura frágil de cristal: al igual que es cristal, cuando una relación se rompe, aunque se intente recomponer no vuelve a ser igual, siempre se verán las fisuras. Y son estas fisuras, estas cicatrices, las que nos hacen quien somos, y nos acaban ayudando a crecer.