Poema.
Es absolutamente necesario suicidarse cada cierto tiempo.
Huir de uno mismo,
perderse,
levitar,
ayunar,
sentir el cuerpo vacío, agotado, dolorido.
Mudar la piel,
beber,
vomitar,
tocar fondo, follar con desesperación y luego no recordar nada.
Estar ausente de todo.
Para después, aferrarse de nuevo a la vida. Reencontrarse.
Vestir colores pastel, andar a paso ligero y sonreír a los vecinos cuando te saludan en la escalera.
- ¿Qué tal estás, preciosa?
- Jodidamente bien, gracias.
(Ana Elena Pena)
Basamos nuestro proyecto en los versos del poema “Suicidio” de Ana Elena Pena para explicar que es necesario estar mal e impregnarse de emociones negativas, para darse cuenta del valor de la vida y luchar por vivir intensamente.
Tratar de encontrar el orden orgánico que distribuye los distintos elementos de la vida que se encuentra oculto. Captar esa sutileza, instinto y vida que se aplica a las palabras para ordenarlas cuando se escribe. Pero, además, también para hablar del cambio que sufre la protagonista, quien deja de comprender la vida como una línea para tener una comprensión de esta más tridimensional.
La vida en espiral.
Sísifo es condenado por los dioses eternamente a empujar una roca hasta la cima de una montaña, desde donde cae y es obligado a volver a empezar eternamente. Siendo así su vida un proceso de acciones sin sentido ni trascendencia.
Albert Camus.
Pero, aprovechando el instante en el que la piedra se mantiene en la cima de la montaña, Sísifo es libre y puede tener fe por un instante antes de volver a caer. Nut se revela en ese momento y acaba renaciendo como una nueva versión de ella misma, dejando atrás su vida oscura e intrascendente para creer en un futuro mejor.